La soga de la deshonra by Kamilla Oresvärd

La soga de la deshonra by Kamilla Oresvärd

autor:Kamilla Oresvärd [Oresvärd, Kamilla]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 2021-10-28T00:00:00+00:00


47

Hedda oye el sonido de las sirenas de los vehículos de emergencia desde la distancia. Tira la desvencijada revista que estaba leyendo y esta aterriza en el centro de la mesa baja de madera. Levanta la vista y observa que la mujer que está detrás de la ventanilla de cristal de la recepción sigue sentada e inmóvil. Parece estar mirando algo delante de ella. «No es de extrañar que los servicios de asistencia sean tan ineficientes si se emplea a alguien solo para estar sentada, sin hacer nada», piensa, y se dirige a Wille:

—¿Por qué siempre nos hacen esperar, aunque ya tengamos cita? —Mira alrededor de la sala de espera. Las sillas vacías están alineadas a lo largo de las paredes y hay algunos juguetes gastados en un rincón—. No parece que haya montones de gente esperando para entrar.

Wille aparta la mirada del televisor que está fijado en lo alto de la pared.

—¿Cómo estás? —pregunta él.

—¿Que cómo estoy? —Hedda gesticula con las manos—. Pues muy bien, excepto porque tengo que sentarme aquí a perder el tiempo.

Wille sonríe y se inclina hacia delante.

—¿Quieres hablar?

—¿Hablar? —contesta ella, menando la cabeza—. ¿De qué?

—Sobre lo que realmente te molesta.

Hedda levanta las cejas de manera inquisitiva. ¿Es que acaso Wille se ha dado cuenta de lo que siente por él? No puede ser. Ella misma no se había dado cuenta hasta ahora.

—Belinda —dice Wille.

—¡Ah! Claro, si quieres hablar de ella, adelante.

Hedda finge ignorancia, pero por supuesto que entiende lo que quiere decir Wille. Sin embargo, él suele hacerle lo mismo. Nunca quiere hablarle de sus asuntos con Belinda. Hedda supone que es porque él piensa que es mejor que no lo sepa. Pero Wille no parece entender la situación. Lo quiere lejos de Belinda, pues sabe mejor que nadie que no se puede confiar en esa mujer.

Wille también finge no entender.

—¿Aún no has hablado con ella? —pregunta él.

Hedda niega con la cabeza. No se ha decidido. A veces siente el impulso de enfrentarse a ella y preguntarle a la cara si es su madre, pero un segundo después no quiere saber nada de ella.

—Sabes, a veces es mejor hablar ese tipo de cosas para luego poder seguir adelante —dice Wille.

Hedda se queda mirándolo sin decir nada.

—Nunca pensé que diría esto. —Sube los pies a la silla que tiene delante—. Pero eres como Anton. Igual de tensa. Él también va por ahí con cara de querer darle una paliza a todo lo que se ponga en su camino. A él también le hace falta hablar.

Hedda se ríe con cierta amargura.

—No sabía que ahora también eres psicólogo. Pero no puedes compararme con Anton. Es algo terrible lo que les sucedió a él y a Gabbi.

El incidente en el sótano ha hecho que tenga cierta relación con Gabbi. No es que sean amigas, pero existe un vínculo entre ellas. Simplemente mantienen sus distancias. Gabbi, como muchas otras mujeres, siente que debe proteger a su marido de Hedda, aunque ella nunca se haya insinuado a nadie y menos a Anton.



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